Este año empresarios, amas de casa, gestores, maestras, profesoras, bibliotecarias, asesoras, dependientas, alumnos... han dejado sus quehaceres para pasar a ser narradores y narradoras de fabulosas historias.
Hemos comprobado que nuestros alumnos ya son un buen ejemplo para los más pequeños.
Seguid así y tened en cuenta que no hay que esperar al año que viene para ser cuentacuentos.